Del atractivo de los clásicos a la energía moderna
La Sinfónica de Tenerife inaugura su participación en el 31 Festival de Música de Canarias con obras de Beethoven, Lutosławski y Elgar
La Sinfónica de Tenerife formaliza su participación en el Festival Internacional de Música de Canarias, una cita anual ineludible para la agenda melómana que cumple 31 ediciones, con dos repertorios que se interpretarán en sendas sedes capitalinas. El primer programa, que estará conducido por la batuta de su director artístico Michal Nesterowicz el 15 de enero en el Auditorio de Tenerife Adán Martín y el 16 en el Auditorio Alfredo Kraus, pone en contacto el atractivo de los clásicos con la fuerza de la composición en el siglo XX.
Siguiendo este planteamiento, se ha ideado para la ocasión un repertorio en el que figuran el Concierto número 3, en do menor (opus 37), de Ludwig van Beethoven (1770–1827) –con el pianista David Fray–, Little Suite (Pequeña suite para orquesta) [rev. 1951] de Witold Roman Lutosławski (1913–1994) y Variaciones sobre un tema original, «Enigma», op 36, del británico Edward William Elgar (1857–1934).
La interpretación del considerado primer “gran” concierto beethoveniano será la apertura de este programa en el que actuará como solista David Fray, quien debutó en el año 2009 en Estados Unidos con la Orquesta de Cleveland. Bosquejado en 1800 y editado en 1804, se inscribe en el periodo temprano del compositor alemán y consta de tres movimientos –Allegro con brio, Largo y Rondo (Allegro)–. El Concierto número 3, como en toda la producción de Beethoven, exhibe poder y virtuosidad dramática, y recoge el avance en el diálogo equilibrado entre solista y orquesta, tratados como iguales por el compositor alemán.
Esta obra contrasta con la esencia folclórica de la región de Cracovia recogida en los cuatro movimientos de la Pequeña suite para orquesta de Lutosławski, una pieza compuesta en 1950 para un encargo radiofónico aunque revisada y ampliada al año siguiente. Una pieza musical que recoge los temas populares con los que el compositor se mantenía fiel a la tradición a pesar de haber evolucionado hacia la música de Prokófiev, Bartók o Stravinsky tras la segunda guerra mundial.
La última parte del programa incluye la obra que elevó la reputación de Elgar tras ser estrenada en Londres en 1899, las Variaciones «Enigma». Escrita con originalidad sobre un tema principal que actúa de prisma a través del cual se pueden ver a los “amigos representados en su interior”, consta de 14 variaciones que representan esbozos musicales del carácter de las personas más cercanas de su entorno, entre las que incluye a su mujer, Caroline Alice Elgar, y a él mismo en la variación final.
Bibliografía utilizada:
Tranchefort, François-René, Guía de la música sinfónica, Alianza Editorial, 2008, Madrid.
Burrows, John, Guías visuales Espasa. Música Clásica, Espasa Calpe, 2009, Madrid.
