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“Este programa es un paseo por algunas de las más bellas obras jamás escritas para orquesta”

La Sinfónica de Tenerife se pone a las órdenes de Víctor Pablo Pérez en un concierto en el que convergen lo clásico y lo contemporáneo

No hay duda de que Víctor Pablo Pérez (Burgos, 1954) le tiene cogida la medida a la Sinfónica de Tenerife, por lo que se permite abordar programas que transitan entre lo viejo y lo nuevo con una suerte de madurez y un discurso bien expresado. El próximo 17 de abril el músico burgalés comparece de nuevo frente a la formación orquestal dependiente del Cabildo en el Auditorio de Tenerife Adán Martín para dirigir un concierto compuesto por cuatro obras de muy distinto signo que oscilan desde Capricho español de Rimski-Korsakov y El pájaro de fuego de Stravinsky hasta Mahler con Nicht zu schnell, pasando por Balcánicas, de J. M. Ruiz.

“Este programa es un paseo por algunas de las más bellas obras jamás escritas para orquesta sinfónica con el atractivo de presentar dos nuevas piezas tratadas con increíble maestría por Juan Manuel Ruiz y C. Matthews”, cuenta el director honorario por correo electrónico al tiempo que transmite su deseo de que “el público sea feliz con el contenido de todo el concierto”.

Esta novena cita de la Sinfónica de Tenerife con la temporada de abono 2014-2015 se aguarda con expectación por el cierre de la segunda parte con una de las obras coreográficas de Igor Stravinsky (1882-1971), la suite de El pájaro de fuego, una obra emblemática de la música moderna. “Es una de las obras más queridas e interpretadas por mi y la OST a lo largo de mis 20 temporadas como director titular –indica Pérez–. Es, por tanto, una obra muy interiorizada que además de su exuberante orquestación presenta una línea programática sabiamente desarrollada”.

Estrenado como ballet el 25 de junio de 1910 en París bajo la dirección de Gabriel Pierné, El pájaro de fuego es un gran poema sinfónico con el que el autor ruso anuncia un nuevo lenguaje armónico y del que sacó tres suites de orquesta. Esta partitura es el primer encargo que Stravinsky recibió de Serge Diaghilev para los Ballets Rusos de París y marcó el comienzo, por un lado, de una fulgurante carrera y, por otro lado, el de su mejor etapa creadora en materia de música instrumental.

El iridiscente colorido orquestal y ciertos orientalismos que se aprecian en esta partitura los aprendió Stravinsky de su profesor Nikolai Andreyevich Rimski-Korsakov (1844-1908), cuyo Capricho español, suite para orquesta (opus 34) estará también en esta ocasión en los atriles de la Sinfónica de Tenerife. Basado en temas extraídos de la colección de José Inzenga, Ecos de España, colección de cantos y bailes populares, “es todo un tratado de orquestación”, a juicio de Víctor Pablo Pérez.

Esta composición sigue a las fantasías españolas de Glinka en la historia de la música rusa, pero fue gestada sin haber estado nunca en España. Aun así, las principales ideas musicales que presentan sus sonidos son una madrugada, un atardecer, una danza gitana y una canción asturiana muestra el estilo por excelencia de Rimski-Korsakov. “Su música se explica por sí misma. La obra permite el lucimiento de todos los solistas de la orquesta y anticipa en ese aspecto el famoso Bolero de Ravel”.

No son menos atractivas las dos primeras obras de este programa que otorga un lugar importante a la creación musical de Europa del Este, pero sin olvidar otros estilos, tradiciones y épocas, incluso aquellos poco conocidos o programados. Tal es el caso de Nicht zu Schnell, una de las pocas piezas que ha sobrevivido de la escasa producción camerística de Gustav Mahler (1860-1911). La partitura “es una magnifica orquestación de un Mahler jovencísimo que ya apuntaba una enorme genialidad”, explica el director honorario.

Si bien las sinfonías (instrumentales y vocales), los ciclos de canciones sinfónicas y los lieder son los pilares de la producción musical del compositor bohemio que suscita interés para la crítica y el público, “dar a conocer esta pequeña obra es siempre un buen suplemento para profundizar en el autor”, añade Pérez. Especialmente, “la exquisita orquestación de Colin Matthews” de este Cuarteto para piano y cuerdas “estrenada el 12 de noviembre de 2009 con la Royal Concertgebouw” que, a su juicio, “es de una perfección inusual sobre el universo mahleriano”.

Víctor Pablo Pérez, que ha sido uno de los promotores de la profesionalización en los ochenta de la música clásica en España con una batuta elegante, de armoniosos movimientos, no reñida con la expresión exacta de las ideas plasmadas en la partitura, muestra un gran respeto por las notas escritas en el papel. “Mi trabajo no trata de hacer lecturas sino de mostrar con honestidad lo escrito por el compositor”, afirma.

Y en un amplio catálogo de composiciones, apuesta por promocionar la creación musical actual fuera de los espacios acotados a la composición contemporánea para ofrecerla a un público más amplio. Particularmente en este concierto, “la obra Balcánicas está programada habida cuenta de su magnífica factura de orquestación y de su impacto directo en el público”. Fue el primer acercamiento, en 1999, de su autor, Juan Manuel Ruiz (Las Palmas de Gran Canaria, 1968), “al complejo aparato orquestal”.

Estrenada en 2006 en el Auditorio Alfredo Kraus, “es una pieza de enorme expresividad basada en el reciente drama de la guerra de los Balcanes y deja en suspensión el interrogante de su futuro sin respuesta” apostilla el director.  A lo largo de tres movimientos la obra despliega “una profunda reflexión” sonora “sobre el drama y la desolación”, agrega Pérez, quien estima que su autor “un compositor canario residente en Madrid”, atesora “una gran proyección” por lo que “sin duda, debe ser dado a conocer también en Tenerife”.

‘Balcánicas’ por la OST y Víctor Pablo Pérez. Notas al programa de Juan Manuel Ruiz, compositor.
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