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FOTO OGRINTCHOUK 2 recortada

Concierto de temporada nº 1

El director titular y artístico de la Sinfónica de Tenerife, Michal Nesterowicz, inicia el primer programa de temporada con la leyenda sinfónica Kikimora (opus 63), una de las piezas más célebres de Anatolie Liadov (1855-1914), compositor ruso continuador el Grupo de los Cinco, aunque hacia el final de su vida manifestó cierta aproximación hacia el simbolismo de Scriabin. Esta obra, estrenada en San Petersburgo en 1909, está basada en los Cuentos del pueblo ruso, de Ivan Sarajov, y a través de melodías populares y fantásticas recrea la historia de Kikimora, una entidad femenina maléfica de la mitología eslava que odia el género humano.

Rodion Shchedrin (Moscú, 1932) , uno de los grandes compositores rusos del momento, ha explicado que el Concierto para oboe* que interpretará en esta ocasión el destacado solista Alexei Ogrintchouk «fue compuesto en 2009 y consta de tres movimientos que se tocan sin descanso: Elegía, Dúos y Finale con epílogo«. «En la parte solista, quería expresar todas las facetas tonales y técnicas de este maravilloso instrumento lo más claramente posible. Pero en la partitura otras dos ‘personas’ importantes pueden ser reconocidas: por un lado, el corno inglés que imita constantemente la parte solista o la responde (casi como un dueto que se extiende sobre la totalidad de la obra) y, por otra parte, la propia orquesta. El papel de esta última no se limita solo al acompañamiento del solista sino que a los músicos se les permite mostrar el virtuosismo de su interpretación tanto en el conjunto como en los solos».

Tras el descanso, Michal Nesterowicz se adentra en la dirección de la Sinfonía número 10, en mi menor (opus 93) de Dimitri Shostakovich (1906-1975), que comienza con una introducción sombría, en la cuerda grave. El propio compositor dijo que con esta obra pretendió «expresar los sentimientos y las pasiones del hombre». Fue la primera gran obra que Shostakovich que Stalin no pudo escuchar y su estreno fue acogido como un acontecimiento, a pesar de que algunos críticos estimaron que el autor abusaba de los sentimientos lúgubres en ella. De hecho, en sus Memorias, el compositor desvela que en ella se trata de Stalin.

*Primera vez por la orquesta