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Las estaciones, danzadas con la Orquesta Sinfónica de Tenerife en el Teatro Leal

La Orquesta Sinfónica de Tenerife ofrece, el 22 de abril a las 12h, un concierto en familia en el Teatro Leal dirigido por Ignacio García-Vidal. Interpretarán las Gymnopédies, escritas para piano por Satie y orquestadas por Debussy, y el ballet Las estaciones de Alexander Glazunov, danzado por Saray Astigarraga y Héctor Navarro. El guión y la narración van a cargo de Ana Hernández Sanchiz. Así mismo, el miércoles, jueves y viernes de la misma semana (del 19 al 21 de abril) tendrán lugar los conciertos didácticos en una doble representación, el primero a las 10.00 y el segundo a las 11.30. La entrada al concierto en familia es gratuita hasta completar el aforo.

El núcleo del concierto lo constituye el ballet Las estaciones de Glazunov, que estará precedido de la primera de las Gymnopédies escritas para piano por Satie, aunque orquestada como número 2 por Debussy. Las Gymnopédies son tres obras para piano compuestas y publicadas en 1888 por Erik Satie (1866-1925). Estas piezas ligeras y atmosféricas suelen clasificarse como danzas. De hecho, el nombre nos remite a una danza practicada por jóvenes bailarines desnudos en Esparta.

La versión orquestal que escucharemos fue realizada por Claude Debussy, quien, en 1896, viendo la precaria situación financiera de Satie y aprovechando su propia popularidad, decidió atraer la atención del público sobre la obra de su amigo orquestando las Gymnopédies. Finalmente orquestó solo la primera y la tercera, aunque invirtió su orden. De este modo, en el concierto escucharemos la 2ª Gymnopédie orquestada por Debussy, que corresponde a la primera para piano.

Por su lado, Las estaciones op. 67 es una obra escrita por Alexander Glazunov para el Ballet Imperial Ruso, que se estrenó en 1900 con coreografía de Marius Petipa. No tiene un hilo argumental sino que se trata de una serie de cuadros que describen escenas de las estaciones: el frío, la caída de las hojas, la brisa, los pájaros… Glazunov tomó el testigo de grandes ballets de Tchaikovsky con esta composición situada al final del Romanticismo, con ciertas pinceladas impresionistas.

Según el director, Ignacio García-Vidal, el ballet de Glazunov “es una de esas maravillosas composiciones que han pasado desapercibidas para el gran público desde su composición en el año 1900”. Sobrevivir a lado de las otras archiconocidas Cuatro estaciones de Vivaldi, la obra de música clásica más conocida de todos los tiempos, no ha sido fácil. La música de Glazunov no forma parte habitual de las programaciones de las orquestas, “pero para mí es un compositor de un recuerdo muy especial: debuté como director de orquesta con su Concierto para violín y orquesta dirigiendo una orquesta de jóvenes en Salamanca cuando tenía 21 años”, declara.

La artista que dará vida a Perséfone en el concierto es Saray Astigarraga, una joven bailarina tinerfeña que ya ha colaborado anteriormente con la Orquesta Sinfónica de Tenerife en sus conciertos para escolares y familias. Pudieron verla la pasada temporada en La Gran Partita y El Sombrero embrujado. Astigarraga comenta que “la expresividad que se consigue bailando con la Orquesta en directo es totalmente diferente a una música grabada, en directo es única e irrepetible”.

Según la mitología griega, la joven Perséfone, hija de Zeus –dios de los dioses- y Deméter –diosa de la tierra y la fertilidad-, se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas. En el momento en que iba a tomar un lirio, la tierra se abrió y por la grieta salió Hades, el dios del infierno, que se quedó prendado de su belleza y la raptó para convertirla en su reina. Deméter, desesperada, dedicó todo su tiempo a buscar a su hija y la tierra quedó yerma. El mundo vivió así su primer invierno.

Los hombres empezaron a morir de hambre sin sus cosechas, por lo que Zeus exigió el regreso de su hija, Perséfone. Hades obedeció, pero antes de soltarla le dio seis jugosas semillas de granada. Al comerlas, la joven quedó atada a él y a su reino, de modo que fue necesario un acuerdo: Perséfone pasaría seis meses junto a su madre en la tierra y seis meses junto a su esposo en el inframundo. Por eso, cuando Perséfone está con Hades, la tristeza de Deméter envuelve al mundo en el frío y la oscuridad del invierno, y cuando ella regresea todo florece de alegría, dando lugar a la primavera.

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