Feddeck

Sinfonía Clásica

Prokofiev revive el siglo XIII en el XX -con un poco de ironía, eso sí-. Saint-Säens quería dignificar al cello como solista, así que marcó precedentes con su uso declamatorio (¡como luego Elgar!). 19 años tenía Shostakovich cuando escribió esta obra, con la que acabó el conservatorio y lo encumbró. Tela marinera.

Bousfield

Shostakovich

El Concierto y la Sinfonía fueron escritos en plena II Guerra Mundial. El primero toma las referencias del jazz, transportándonos al cine clásico. La Sinfonía habla del shock del inesperado pacto entre Stalin y Hitler en 1939. Tchaikovsky nos hará creer por momentos que el amor inmortal de los veroneses triunfará.

* Primera vez por esta Orquesta

JON BOYDON 1

The Beatles

Entradas agotadas

Shake it out, babe! Quizá la banda sonora de Occidente durante los años 60 y 70 no es otra que la música de Los Beatles, que hablaron del amor (¡también el libre!), de las luchas sociales, de las drogas y ¡hasta le dedicaron una canción a una morsa (I Am the Walrus)! Se escucharán como nunca las canciones de siempre.

antonio-mendez

Integral de Brahms II

¿Cuántos bebés han dormido con el primer movimiento de la Segunda? Dos obras de gran exploración emocional, donde muestra su original unión entre el romanticismo y su homenaje al pasado. Se cuelan valses, pasacalles y, especialmente, Bach. ¡También les va a los rockeros (Yes, “»Cans and Brahms»)!

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Integral de Brahms I

El siglo XIX abre un debate fundamental: si la música debía depender de la poesía o no. Aunque Brahms abanderó la “música absoluta”, sin un contenido traducible a palabras, encontramos en estas obras mensajes a Clara Schumann y homenajes a Beethoven. ¡Le gustaba hasta a Sinatra (“Take my love”)!

Soumm

Los maestros cantores

El luminoso Preludio, que dibuja el panorama musical de la inquieta Alemania renacentista, nos adentra en un concierto que poco a poco deja atrás la intimidad y delicadeza buscando el sonido rotundo (¡y bailarín!) del violín. La Sexta es la más desconocida pero más personal del austríaco: ¿la redescubrimos?

Borrani

Triple de Beethoven

Descubrimos al Beethoven treintañero con dos obras que ya suenan a despedida del clasicismo vienés de Mozart y Haydn, un preludio a su enérgica Tercera y radical Quinta sinfonía. Ya se atisba su -quizá- característica principal: la unión entre la luz y la oscuridad, como la vida misma.

Chan

Sibelius

Sibelius abrió al oído europeo los sonidos de otras latitudes: Finlandia. Su heredero musical, Rautavaara, explora con el clarinete el mundo mágico de la naturaleza que nos deja sin aliento, como las auroras boreales. También el Essay está lleno de inquietante magia. ¡Hay vida más allá del Adagio…!

* Primera vez por esta Orquesta

Mork

Concertante de Prokófiev

No a todos los compositores les atraía la ruptura de las vanguardias. En estas obras tardías hay una reapropiación de la tradición europea en combinación con lo popular y tradicional, como ritmos folclóricos o la música de las celebraciones religiosas. ¡Incluso se oye el saxo, poco habitual en la orquesta!

Pogostkina

La Grande de Schubert

Shostakovich pudo sacar su exigente concierto del cajón después de la muerte de Stalin, pues no seguía los criterios de “sencillez” y “proximidad al pueblo” que requería la censura. A esta obra crítica y trepidante le sigue el trabajo más ambicioso de Schubert, que quiso medirse con la Novena de Beethoven.