“¡Venid un momento, chicos!” dijo el profesor de dibujo técnico al finalizar la clase. Los alumnos, Alfonso y Daniel, se acercaron despacio, temiendo una buena bronca porque les había pillado en mitad de la clase intentando hacer malabares. “Dejad de hacer el payaso y llamad a este número”, les dijo, para sorpresa de ambos, dándoles un papel con el número de teléfono de La Mano Tonta, una asociación de malabaristas. Y allí les enseñaron a hacer juegos malabares.
De esta manera tan cómica, como no podía ser de otra forma, comen-zó la carrera de el Gran Rufus, álter ego de Alfonso Alonso (Valladolid, 1978). Después de varios años trabajando con diferentes compañías, este personaje nació en el 2000 en un espectáculo de varietés con Azar Teatro. En sus trabajos destacan, especialmente, una cuidada puesta en escena, las técnicas de circo, la participación constante del público y, sobre todo, el humor irónico.
Él será quien dé vida a Felipe en este concierto. En 2014 estrenó con Ana Hernández-Sanchiz el espectáculo Suena… ¡el circo! y, desde entonces, siguen creando juntos al ritmo de la música espectáculos como Memory y Al son de Cervantes. Como además de malabarista también es bastante payaso, los músicos de la Sinfónica se divierten a su lado, casi tanto como el público, y a su compañera Ana, a veces, le cuesta aguantarse la risa cuando actúa con él.